miércoles, 28 de noviembre de 2007

¿Para qué sirve la filosofía?

«Ahí tienes, Teodoro, el ejemplo de Tales, que también observaba los astros y, al mirar al cielo, dio con sus huesos en un pozo. Y se dice que una joven tracia, con ironía de buen tono, se burlaba de sus preocupaciones por conocer las cosas del cielo, cuando ni siquiera se daba cuenta de lo que tenía ante sus pies. Esta burla viene muy bien a todos aquellos que dedican su vida a la filosofía» (Platón, Teeteto, 174 e).

«Tales, a causa de su pobreza, así lo cuenta la historia, fue objeto de mofa por la carencia de utilidad de la filosofía; pero por su conocimiento de la astronomía había observado él que, mientras era aún invierno, iba a haber una gran cosecha de aceitunas, de manera que reunió una pequeña suma de dinero y pagó depósitos redondos en la totalidad de las prensas de aceituna que había en Mileto y Quíos, los cuales alquiló él por una renta muy baja, ya que nadie le hacía la competencia; y cuando llegó la estación hubo una demanda imprevista y repentina de un gran número de prensas simultáneamente, y alquilándolas al precio y en las condiciones que él quería, reunió una gran suma de dinero, demostrando así que, si quisieran, les era fácil a los filósofos ser ricos, pero que no es esto lo que acapara sus cuidados. Se refiere, pues, que Tales mostró así su sabiduría» (Aristóteles, Política, 1.259a 8-19).

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